Protegidos por la imponente Sierra Tarahumara, la cultura rarámuri es una de las mejor conservadas y representativas de todo América
La palabra rarámuri, que significa “corredores a pie”, esconde mucho más allá de su significado, pues es historia, cultura, naturaleza pero sobre todo una gran calidad humana, vayamos a conocer un poco más de ellos.
La comunidad rarámuri habita en uno de los territorios naturales más impresionantes de México y el mundo, la gran Sierra Tarahumara que por su extensión tiene una amplia variedad de flora, fauna y climas.
Ahí, entre formaciones rocosas, valles y corrientes de agua encontrarás a los rarámuris, que de entrada te impresionan por su fuerte aspecto físico y su mirada seria, pero tranquilo, son gente muy cálida y amena con los visitantes que quieren conocerlos.
Para visitar a los rarámuris, la forma más práctica es llegar a Creel, que está muy bien comunicado desde la ciudad de Chihuahua. Luego de visitar los atractivos de este Pueblo Mágico, estarás listo para internarte en esta gran cultura.
Una grata experiencia
Los rarámuris han defendido sus costumbres, tradiciones y actividades a lo largo de la historia, desde que querían ser colonizados, evangelizados e incluso durante la Revolución Mexicana. Una de sus grandes defensas es justamente la capacidad de correr muy largas distancias en terrenos que para muchos resulta muy complicado.
Conocer su estilo de vida será toda una revelación, pues los rarámuris le dan mucha importancia al alma y estar bien consigo mismos y con los demás. Cultivar sus tierras y criar ganado son sus principales actividades, pero también hacen muchas artesanías que seguramente vas a querer adquirir.
Hoy los rarámuris son gente muy respetada y reconocida entre la población en general, principalmente por su capacidad física. Como Lorena Ramírez, corredora que ha ganado 5 veces un ultramaratón, cuya distancia es de 100 kilómetros. ¿Puedes creerlo?
Vivienda de roca
Aunque las construcciones de adobe ya son más comunes, los rarámuris vivían en las cavidades de la sierra. Cuando los visites, podrás entrar en una Cueva Tarahumara, un sitio que aún está habitado para que lo veas con tus propios ojos.
Paraíso natural
La cultura rarámuri se encuentra rodeado de majestuosas maravillas desde las altas formaciones de la Sierra Tarahumara y las impresionantes Barrancas del Cobre. Uno de los sitios más atractivos es el Lago Arareko.
Tiene una peculiar forma alargada que se extiende por 3 kilómetros y está rodeado de una abundante vegetación principalmente de pinos y encinos, en donde puedes ver también una gran cantidad de aves y pequeños mamíferos en esta gran área.
Ya sea dentro o fuera del lago, hay muchas actividades que puedes realizar, como remo, paseos a caballo, andar en bicicleta o senderismo. En esta zona también abundan las cascadas, una que no te puedes perder es Cusararé, con sus 30 metros de altura.
Rocas con formas peculiares
Los caprichos de la naturaleza han creado a lo largo de millones de años unas curiosas formaciones con las rocas, que están agrupadas en valles. Puedes dejar volar la imaginación para decir qué figura tienen, aunque cada zona tiene su nombre de acuerdo con el tipo de piedra.
Recorre y tómate la foto en estas divertidas creaciones naturales en el Valle de los Hongos, el Valle de los Frailes o el Valle de las Ranas.
Legado colonial
Como en todo México, la llegada de los españoles dejó huella en esta región; prueba de ello es la Misión de San Ignacio, un templo católico en donde se resguardan vasijas y platos de aquella época.
Algo sorprendente de la cultura rarámuri, es que combinaron sus rituales y celebraciones con las festividades cristianas, logrando una fusión perfecta en donde ambas costumbres conviven entre sí.
Visitar a los rarámuris es un auténtico alimento para el alma y el espíritu; gracias a la buena vibra y paz que transmiten. Dicen que si un rarámuri te sonríe, un pedacito de tu corazón ya está depositado en la Sierra Tarahumara ¿Te gustaría vivirlo? Checa nuestra próxima salida.
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