La riqueza gastronómica de Puebla es tan amplia como su territorio, por lo que tiene opciones para todos los paladares. ¡Chécate algunos de las más representativas!
Cemitas
De entrada qué tal si empezamos con las ricas cemitas, una versión de torta que se distingue perfectamente de otras que hay en México porque su pan es muy característico por su forma tamaño y estar cubierto de ajonjolí.
Actualmente se rellenan con milanesa de res o pollo, que se cubre con queso y se complementa con aguacate, cebolla y pápalo. Aunque en sus inicios, las cemitas eran de frijol, papa y nopal, porque la carne era un ingrediente caro.
Chalupas
Entre los muchos alimentos que se pueden hacer con maíz, se encuentran las chalupas, tortillas de maíz que generalmente son fritas en manteca de cerdo, aunque también se puede con aceite. Se bañan de salsa verde o roja y se les pone carne deshebrada de pollo o res.
Su nombre viene justamente del parecido con las embarcaciones usadas para transportarse en los canales de Tenochtitlán. Cada plato puede tener de 5 a 6 piezas, pero eso ya dependerá de tu apetito.
Mole de caderas
Quizá poco conocido pero no por ello menos rico, este platillo típico del sur Puebla surgió de aprovechar toda lo que extraían del chivo, pues para su preparación se usa justamente la carne y hueso de la cadera de este animal.
Su presentación es en caldo elaborado con chile guajillo, costeño y serrano, combinado con otros ingredientes que al bañar la carne logran un sabor exquisito. También puedes agregar un poco de limón y cebolla al gusto.
El secreto de este platillo está en la alimentación del animal, el cual llevan a pastar durante un año para alimentarse de biznagas y nopales propios de la región, pero cada 15 días solo se le daba sal.
Mole poblano
Como seguramente ya se te hizo agua la boca, vámonos con el platillo más emblemático de Puebla y por qué no, de México. Hay muchos mitos y teorías del surgimiento de este suculento alimento, algunos vienen desde la época prehispánica y otros ya más recientes, pero basta de historia y veamos qué contiene.
El mole es la combinación perfecta de un impresionante número de ingredientes que junto con una meticulosa cocción, logran un gran resultado. Chécate la lista, lleva chile ancho, mulato, pasilla y chipotle, además jitomate, almendra, nueces, pasas, ajonjolí, clavo, canela, perejil, pimienta, cebolla, ajo, tortilla, galleta, y por si faltara algo, el toque especial del chocolate.
Chiles en nogada
Aunque este platillo solo se hace entre julio y septiembre, bien vale la pena comentarlo, por ser el alimento con sabor a historia. Cuando se consumó la Independencia de México, las madres del Convento de Santa Mónica querían deleitar a Agustín de Iturbide con un platillo que tuviera los 3 colores de la bandera mexicana, recién creada.
Se trata de un chile poblano, con relleno de carne de res y puerco combinada con frutas de temporada, éste se capea y se fríe. Luego es bañado por una salsa blanca elaborada con nuez de castilla (de ahí que solo sea en estos meses), crema y queso. Unas hojas de perejil y granada como decoración forman este espectacular plato.
Y para cerrar
La lista terminó, pero no podemos dejar pasar el postre, porque ese va directo al corazón. ¿Qué tal un pan de queso? Este alimento elaborado artesanalmente ha pasado por varias generaciones que le van agregando toques y variantes.
Puebla también se distingue por producir un buen café, pulque, mezcal y sidra, así que la mesa está puesta. No lo pienses más y lánzate a degustar estas delicias.
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